Quiero empezar este blog hablando un poco de la respuesta del cerebro a los sonidos musicales. No voy a dar aquí nociones de psicologia ni argumentacion pseudo-científica acerca de los estímulos cerebrales, ya que no soy un experto en el tema. Simplemente la música en sí tiene un poder increíble a la hora de afectar en el día a día de las personas, pudiendo cambiar el estado de ánimo de la gente, de estar totalmente apagado o angustiado a estar más animado, a motivar a hacer algo, a superar algo, a relajarse...
En este sentido para mí el heavy metal es un claro ejemplo de ello. Basta poner cualquiera de las canciones del grupo Sabaton o cualquier canción de Rammstein para querer ir a escalar una montaña o tirarte en paracaídas. Está claro que hay música que te cambia el día y te estimula a emprender cosas, por supuesto las sensaciones que se evocan son puramente subjetivas y dependen de cada persona, por ejemplo la temática de los álbums de Sabaton suele ser belicista, algunos de ellos hacen referencia a la segunda guerra mundial, pero mi cerebro no tiene en cuenta esto, simplemente sus acordes de guitarra electrónica y su elevado tempo me transmiten la energía dinámica para empezar el día, ya sea escuchándola en el coche o tumbado con el iphone en la cama...
Subid los altavoces, y seguro que cada uno de vosotros se trasladará a mundos diferentes:
Queda claro que la música evoca situaciones,vivencias, sentimientos, sensaciones, lugares, imágenes diferentes según quién lo perciba; e incluso se utiliza con fines terapéuticos o musicoterapia para realizar tratamientos sobre pacientes en el campo de la salud mental. Y es que las personas y nuestros pensamientos son algo muy complejo de analizar; para hacerse a la idea de esto, existe otra curiosidad musical llamada Pareidolia, fenómeno psicológico en el cual una persona tiende a confundir las cosas, dotándolas de un significado radicalmente distinto a lo que objetivamente son. En lo relativo a los aspectos musicales se suele manifestar cuando una canción se escucha al revés, entonces es cuando mucha gente busca mensajes satánicos o de otra índole, como mensajes ocultos o subliminales:
Este vídeo del Opening de Oliver y Benji es un claro ejemplo de la predisposición de la gente a ver cosas donde no las hay, a imaginarse cosas. Algunas de las frases tienes que reproducirlas más de una vez para poder llegar a ponerse en la mente de quien hizo el vídeo.
Todas estas cosas pueden parecer obvias, pero actualmente dan pie a una serie de estudios neurocientíficos importante. Aquí os dejo con un estudio realizado por Daniel J Levitin, obsesionado con desentrañar cerebros musicales; incluyendo el del cantautor Sting.
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